Paz Isla. GRANADA
Aunque suene extraño, hay leyes, o textos normativos, que pueden ser una joya. Ese es el hecho que hoy se trata.
Y sucedió que, desde el otro lado de la piel de toro, justo al borde de un Atlántico ensortijado de surfistas y a punto de finalizar el mes de agosto de 2008 alguien nos hizo saber vía e-mail que la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía (España) acababa de hacer pública la Orden de 5 de agosto que desarrolla el Currículo correspondiente a la Educación Infantil.
Un libro muy recomendable del mismo autorEran días alegres los de aquel verano, placenteras mañanas de playa, relax absoluto y risas. Tardes de amigos, de puestas de sol, cenas al fresquito, paseos interminables y chapuzones, pero esta noticia cabía en medio de tanto asueto por lo esperada, y no vino sino a alegrar un poco más -si cabe- ese tiempo de descanso en el pueblito de veraneo que nos recibe cada año.
Y es que, aunque suene extraño, puede suceder que la lectura de un texto profesional de estas características sea capaz de dibujar una sonrisa de absoluta satisfacción al fin de una larga espera. Recibir esa noticia supuso recibir también la confirmación de que la ciencia y la práctica docente se hermanaban un poco más.
No es lo más corriente leerse ordenes o leyes en verano, somos conscientes, y mucho menos disfrutar con su lectura, pero ocurre que, cuando se han leído ya algunas, estos textos, los textos prescriptivos, acaban resultando familiares, su redacción es como una cosa de casa, y ocurre sobre todo que, si se encuentra una joya normativa como la que hoy traemos aquí -que las hay-, se aprecia su valor, se siente un inmediato reconocimiento, una sensación similar a la que inspira una obra bien hecha, un puente bien construído, un mueble singular, un cuadro magnífico o cosas así, reconocimiento que alcanza tanto a quienes redactaron esta Órden de 5 de agosto como al equipo investigador que la avala.
Janosch
Las leyes se leen lo justo, y lo hacen –o lo hacemos- aquellas personas que no tienen o no tenemos más remedio. Porque, no es menos cierto, que la redacción que solemos encontrar en este tipo de escritos suele ser poco atractiva, de lenguaje arduo y reiterativo a fuerza de perseguir ser inequívoco y evitar interpretaciones erróneas.
Pero no son iguales todas las leyes, como no toda la información profesional que se elabora con técnica impecable tiene espíritu, y esta orden lo tiene, tiene alma.
Hay trabajos de investigación, periodísticos, normativos, informes de funcionamiento, etcétera, que parten de un planteamiento valiente, científico y humano al mismo tiempo, y que están perfectamente contextualizados con la época en la que se publican, que aportan nuevas ideas al desarrollo social, y en los que se adivina una labor previa de análisis bibliográfico exhaustivo junto a un posicionamiento teórico y ético muy claro y solvente. Y ocurre que, a veces, este tipo de trabajos técnicos alcanza el rango de norma de obligado cumplimiento y es entonces cuando la teoría se convierte en conocimiento aplicado, vivo, y a la práctica docente se le da un empujón nada desdeñable.
Janoch
Se tenga o no se tenga hijos en Educación Infantil, se sea o no profesor o profesora de esta etapa, se esté o no preparando oposiciones de Magisterio, lo cierto es que esta orden, la Orden de 5 de agosto que desarrolla el Currículo correspondiente a la Educación Infantil, afecta a un importante número de personas, de niños y niñas, de familias, a un considerable porcentaje del profesorado, y supone, sobre todo, una apuesta importante por vincular la enseñanza en las primeras edades con la Sociedad de la Información y la Comunicación y con la cultura en la que los andaluces vivimos ya inmersos.
JanoschYa avisaba el señor Marchesi allá por los años noventa –y como él muchos otros estudiosos de la educación-, de la peligrosidad que entraña el hecho de elaborar leyes o normas educativas inmovilistas, involucionistas o incoherentes con la sociedad a la que se destinan. En cambio, lo rentable, ecológico y sin duda inteligente, es salir al encuentro del ciudadano así, como esta norma lo hace, avanzando con base científica, sin prisa pero sin pausa, y analizando los intereses y necesidades reales de una población multicultural, diversa, que se transforma día a día, para conocerla, para oírla, y así adecuar las actuaciones institucionales tanto a esas voces como a los recursos con los que hoy cuenta la Escuela.
Mañana quizás el entorno sea diferente, la realidad varíe, o cambie la sociedad y se deba actuar de otra manera pero hoy, afortunadamente, podemos felicitarnos de contar con normas de tan alto nivel y tan bien hechas.
Janosch